Los científicos están cada vez más cerca de confirmar el vínculo entre el consumo del azúcar y los riesgos de cáncer. Un reciente estudio comparó el comportamiento de células cancerosas humanas y células de levadura, y aunque los resultados son muy incipientes para confirmar el vínculo, los investigadores consideran que este hallazgo es un paso importante.
Un mecanismo biológico en las células de la levadura podría explicar la relación entre el azúcar y los tumores malignos, según un reciente estudio publicado en Nature Communications.
La investigación, que duró nueve años, podría influir en la medicina y las dietas para pacientes con cáncer, concluyen los investigadores. El estudio inició con la observación cuidadosa de las células cancerosas y su apetito por el azúcar.
Los científicos entienden que las células cancerosas respaldan su rápida reproducción al reconectar su metabolismo para recibir glucosa, fermento y lactado.
Por el contrario, las células sanas continúan con la respiración normal, un proceso en el que toman glucosa y la descomponen en dióxido de carbono y agua.
Este “cambio de las células cancerosas de respiración a fermentación es algo que fue descubierto por Otto Warburg, un bioquímico alemán, hace 70 u 80 años”, afirma el microbiólogo Johan M. Thevelein, autor principal del estudio y profesor en KU Lovaina en Bélgica. Es conocido como “el efecto Warburg”.
La fermentación del azúcar a ácido láctico produce aproximadamente 15 veces menos energía que la respiración de azúcar, destaca Thevelein. Sin embargo, las células cancerosas “crecen mucho más rápido que las células normales y, de hecho, la levadura se reproduce incluso más rápido cuando fermenta”, aseguró.
“Esto es raro”, afirma y plantea una pregunta importante: ¿es el efecto Warburg un síntoma del cáncer o una causa?
Buscando una respuesta, Thevelein y sus colegas experimentaron con células de levadura ya que, al igual que las células cancerosas, se sabe que favorecen la fermentación sobre la respiración.
Los investigadores encontraron un componente intermedio que es un “potente activador” de la proteína RAS. RAS es un protooncogen: un gen que codifica proteínas que ayudan a regular el crecimiento y diferenciación celular. Los protooncogenes pueden convertirse en oncogenes o genes cancerígenos cuando se producen mutaciones. Muchos tumores presentan formas mutadas de las proteínas RAS, afirma Thevelein.
El nuevo estudio, entonces, revela “un circulo vicioso”, asegura.
A medida que el azúcar se descompone en las células, el compuesto intermedio activa la proteína RAS y esto a su vez estimula la proliferación celular, explica.
Este ciclo visto en las células de levadura podría ayudar a explicar la agresividad del cáncer.
“Muy interesante”, asegura la doctora Jennifer Ligibel, presidenta del comité de balance de energía de la Sociedad Americana de Oncología Clínica. Con todo, insta a mantener la precaución a la hora de interpretar estos hallazgos.
Fuente: CNN
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