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jueves, 21 de febrero de 2013

Plan para eliminar toxinas


Gracias a la alimentación alcalina podemos manejar el PH de nuestro cuerpo y lograr que nuestras células funcionen mejor.


A la alimentación alcalina la llamamos así, y no le decimos "dieta", porque su objetivo principal no es hacerte bajar de peso, sino eliminar las sustancias tóxicas o dañinas del cuerpo.
Nació en 1907, cuando el doctor William Howard planteó que el ser humano había adquirido costumbres alimenticias poco naturales que lo estaban llevando a padecer enfermedades crónicas desconocidas para sus antepasados. Así, según esta corriente, nuestro plan de alimentación debería estar compuesto por alimentos alcalinos en un 80 por ciento y por algunos pocos alimentos ácidos (apenas el 20 por ciento restante). Ver más…
La meta principal: llevar el potencial de hidrógeno de la sangre, más conocido como pH, a un nivel bajo de alcalinidad. El nivel ideal está cerca de 7. Para que tengas una referencia, te contamos que un pH de 0 es completamente ácido y que uno de 14 es sumamente alcalino. Aunque en líneas generales el cuerpo, que es más "inteligente" de lo que creemos, intenta alcanzar ese nivel por sí mismo, si lo ayudamos desde la alimentación, sus mecanismos homeostáticos van a sentirse menos estresados y más liberados (¡y nosotras también!).
Seguramente te estés preguntando qué son los mecanismos homeostáticos. Bueno, son los que se ocupan de regular el equilibrio en nuestro cuerpo. El de acidosis (exceso de ácido en el cuerpo) versus alcalosis (predominio de alcalinidad) es uno de los más importantes.

 

De la teoría a la práctica

Ahora, yendo a lo más importante, te contamos: consumiendo una mayoría de alimentos alcalinos y pocas comidas ácidas, podés evitar que tu organismo recurra a minerales como el calcio o el magnesio, que se sacan directamente de nuestros huesos. Aunque hay especialistas que aseguran que mediante la alimentación alcalina sólo se puede modificar el pH de la orina -que habitualmente ronda el número 5- y no el de la sangre, para estar saludables y sentirnos bien hay que alcanzar un equilibrio. Entonces, la alimentación alcalina propone hacerlo limitando el consumo de alimentos ácidos, que son los que dejan más residuos.
Los principales signos que indican que tal vez estés consumiendo muchos alimentos ácidos son: el enlentecimiento de los procesos del pensamiento, los dolores de cabeza, la fatiga muscular, la dificultad para concentrarte, la irritabilidad, el dolor de estómago, las náuseas, el dolor de pecho, la constipación, la tensión en el cuello, los hombros y el dolor de espalda, junto con los espasmos musculares.

 

Beneficios de este tipo de alimentación

De acuerdo con el Dr. Howard y sus seguidores, al eliminar la carne de la alimentación diaria se puede elevar el pH de la orina, lo que hace que los riñones funcionen menos y previene el desarrollo de cálculos renales.
Pero llevar adelante una alimentación esencialmente alcalina también sirve para preservar la masa ósea y muscular o disminuir el riesgo de cáncer y algunas enfermedades crónicas.
Si bien esto está en vías de ser comprobado, lo que sí se sabe es que priorizando las frutas y los vegetales -la alimentación alcalina propone aumentar la ingesta recomendada y llevarla de 5 a 8 porciones entre ambos grupos por día- y eliminando de la vida diaria los alimentos procesados, el alcohol y el café, es posible mejorar la salud, llevar el cuerpo a su peso óptimo, mejorar la calidad del sueño, el estado anímico y el estado de concentración; y además favorecer el proceso antienvejecimiento

 

Alimentos propios de un menú alcalino

 

Frutas y verduras: Jugos, espinaca cruda, brócoli, zanahoria, cebolla, repollo, remolacha, papa, batata, uva, kiwi, manzana, pasas, limón, sandía, palta, coco, tomate, naranja, higos secos, ciruelas, mango, dátiles.
Cereales, granos, nueces y semillas: Amaranto, lentejas, quínoa, maíz dulce, avellanas, coco, almendras, trigo crudo.
Carnes, leches y huevos: Leche materna, queso de soja, leche de soja, leche de cabra, queso de cabra.
Aceites, endulzantes y condimentos: Stevia, almíbar, miel cruda, azúcar cruda, aceite de oliva y de canola.

 

¿Cómo descifrar si tu PH es óptimo?

Te sentís con buena energía.
Tus sistemas nervioso y muscular están equilibrados.
Tu digestión es buena.
Tu movilidad intestinal es óptima.
No ganás peso.
No tenés dolores de cabeza, migrañas o sensación de cansancio.
Te enfermás menos.
Te sentís vital tanto física como mentalmente.

Fuente: Revista Ohlalá.

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