Lic. Kinesiólogo Fisiatra (M.N. 9151) - Osteópata C. O. - Núñez/Recoleta - Buenos Aires. Argentina.
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miércoles, 7 de febrero de 2018
Dosis elevadas de vitamina D podrían prevenir ictus y ataques cardíacos
Dosis elevadas de vitamina D parecen mantener la flexibilidad y elasticidad de las arterias, lo que potencialmente podría prevenir futuros ictus y ataques cardíacos, según los resultados de un ensayo clínico a escala reducida.
Los investigadores dividieron a los 70 participantes del estudio, afroamericanos con sobrepeso y un rango de edad de 13-45 años, en cuatro grupos. Tres grupos tomaron dosis orales de vitamina D de 600 (n = 17), 2.000 (n = 18) o 4.000 UI/día (n = 18), y un cuarto grupo (n = 17) tomó un placebo.
Quienes tomaron 4.000 UI/día (el nivel más elevado permisible) experimentaron una reducción del 10,4% en la rigidez de las arterias en un plazo de 16 semanas. Quienes tomaron una dosis de 2.000 UI/ experimentaron una reducción de la rigidez arterial del 2% en el mismo período, mientras que aquellos que tomaron la dosis actualmente recomendada de 600 UI/día tuvieron un ligero aumento en la rigidez de las arterias (0,1%). Los participantes del grupo placebo experimentaron un incremento de la rigidez arterial del 2,3%. Además, no se observaron efectos tóxicos en las personas que tomaron las dosis más elevadas de vitamina D.
La vitamina D podría favorecer la salud de las arterias al bloquear un sistema hormonal que aumenta la constricción de los vasos sanguíneos, y también ayudaría a reducir la inflamación, que se ha vinculado con el endurecimiento de las arterias. Según los autores, debería darse seguimiento a los participantes del estudio para ver si unas arterias más flexibles se traducen en tasas más bajas de patologías cardíacas e ictus a edades más avanzadas.
[PLoS One 2017; 12: e0188424]Raed A, Bhagatwala J, Zhu H, Pollock NK, Parikh SJ, Huang Y, et al.
Fuente: Revista de Neurología
Los investigadores dividieron a los 70 participantes del estudio, afroamericanos con sobrepeso y un rango de edad de 13-45 años, en cuatro grupos. Tres grupos tomaron dosis orales de vitamina D de 600 (n = 17), 2.000 (n = 18) o 4.000 UI/día (n = 18), y un cuarto grupo (n = 17) tomó un placebo.
Quienes tomaron 4.000 UI/día (el nivel más elevado permisible) experimentaron una reducción del 10,4% en la rigidez de las arterias en un plazo de 16 semanas. Quienes tomaron una dosis de 2.000 UI/ experimentaron una reducción de la rigidez arterial del 2% en el mismo período, mientras que aquellos que tomaron la dosis actualmente recomendada de 600 UI/día tuvieron un ligero aumento en la rigidez de las arterias (0,1%). Los participantes del grupo placebo experimentaron un incremento de la rigidez arterial del 2,3%. Además, no se observaron efectos tóxicos en las personas que tomaron las dosis más elevadas de vitamina D.
La vitamina D podría favorecer la salud de las arterias al bloquear un sistema hormonal que aumenta la constricción de los vasos sanguíneos, y también ayudaría a reducir la inflamación, que se ha vinculado con el endurecimiento de las arterias. Según los autores, debería darse seguimiento a los participantes del estudio para ver si unas arterias más flexibles se traducen en tasas más bajas de patologías cardíacas e ictus a edades más avanzadas.
[PLoS One 2017; 12: e0188424]Raed A, Bhagatwala J, Zhu H, Pollock NK, Parikh SJ, Huang Y, et al.
Fuente: Revista de Neurología
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jueves, 1 de febrero de 2018
Caminar más de 4000 pasos al día mejoraría el funcionamiento del cerebro
Un equipo de investigadores estadounidenses ha encontrado que los adultos mayores de 60 años con problemas de memoria mejoran su funcionamiento cognitivo si caminan más de 4.000 pasos al día, el equivalente a unos 3 km.
Los científicos contaron con una muestra de 26 personas, un 70% mujeres, de 61-88 años, aquejadas de problemas de memoria, aunque ninguna sufría demencia. Durante una semana, usaron un acelerómetro para rastrear sus patrones de actividad. Entonces se dividió a los participantes en dos grupos: los que caminaban más o menos de 4.000 pasos al día. El grupo menos activo tenía una edad media de 77 años, y el más activo, 68 años. Además, se realizaron resonancias magnéticas y cada participante se sometió a una batería de pruebas de salud mental para evaluar las habilidades de memoria, de aprendizaje, verbales, de atención y procesamiento de la información, de toma de decisiones y de ejecución de tareas.
Los investigadores encontraron que quienes caminaban más de 4.000 pasos al día presentaban un volumen más grueso en el área del hipocampo y las regiones circundantes (giro fusiforme, corteza parahipocampal). Un mayor grosor cerebral se ha vinculado con un mejor funcionamiento cognitivo. El mismo grupo mostraba una ventaja sustancial en cuanto a velocidad de procesamiento de la información, atención y funciones ejecutivas, mientras que no se hallaron diferencias respecto a las habilidades de memoria.
[J Alzheimers Dis 2018; 61: 1089-96]Siddarth P, Rahi B, Emerson ND, Burggren AC, Miller KJ, Bookheimer S, et al.
Los científicos contaron con una muestra de 26 personas, un 70% mujeres, de 61-88 años, aquejadas de problemas de memoria, aunque ninguna sufría demencia. Durante una semana, usaron un acelerómetro para rastrear sus patrones de actividad. Entonces se dividió a los participantes en dos grupos: los que caminaban más o menos de 4.000 pasos al día. El grupo menos activo tenía una edad media de 77 años, y el más activo, 68 años. Además, se realizaron resonancias magnéticas y cada participante se sometió a una batería de pruebas de salud mental para evaluar las habilidades de memoria, de aprendizaje, verbales, de atención y procesamiento de la información, de toma de decisiones y de ejecución de tareas.
Los investigadores encontraron que quienes caminaban más de 4.000 pasos al día presentaban un volumen más grueso en el área del hipocampo y las regiones circundantes (giro fusiforme, corteza parahipocampal). Un mayor grosor cerebral se ha vinculado con un mejor funcionamiento cognitivo. El mismo grupo mostraba una ventaja sustancial en cuanto a velocidad de procesamiento de la información, atención y funciones ejecutivas, mientras que no se hallaron diferencias respecto a las habilidades de memoria.
[J Alzheimers Dis 2018; 61: 1089-96]Siddarth P, Rahi B, Emerson ND, Burggren AC, Miller KJ, Bookheimer S, et al.
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