"El descenso de manganeso impide que se fije bien el calcio y, por tanto, los huesos se debilitan. Si el cuerpo humano con la edad pierde manganeso (que absorbe sobre todo del intestino delgado y el hígado) tendrá que obtenerlo del esqueleto, pues el mineral es necesario para varios órganos, entre ellos el cerebro. Lo que sucede es que al mismo tiempo que saca el manganeso extrae también calcio, que ya no vuelve a fijar bien y se elimina por la orina", explica a ELMUNDO.es Tomás Landete-Castillejos, coordinador del trabajo que se publica en la revista 'Frontiers of Bioscience'. De esta forma puede ir desarrollándose poco a poco la osteoporosis.
La teoría tiene que ser confirmada ahora con estudios y ensayos médicos, pero sus autores consideran, según han declarado a la Agencia SINC, que "puede dar un giro en una nueva dirección totalmente distinta a las consideradas hasta ahora en osteoporosis, al establecer que la pérdida de calcio puede ser la consecuencia pero no el origen". Si se valida la hipótesis, la terapia para combatir el trastorno también tendrá que cambiar, porque hasta ahora todos los tratamientos se orientan a potenciar los niveles de calcio.
El año en el que las cuernas de los ciervos se empezaron a romper hizo mucho frío. Esto provocó que las plantas redujeran sus concentraciones de manganeso, como respuesta al estrés y, por tanto, los animales obtuvieron menos cantidad de este mineral y sus cuernos pagaron las consecuencias de esta carencia.
"Un estudio en ratas de 1986 ya confirmó que una pérdida de manganeso daba huesos con menos calcio, pero no ha habido muchos más estudios en la misma línea", reconoce Landete-Castillejos.
Vínculo con el Alzheimer y el Parkinson
La teoría de estos investigadores va aún más allá y sugieren que al desarrollarse la osteoporosis e ir agotándose el manganeso, esencial para el cerebro, podrían aparecer otros trastornos, como el Parkinson o el Alzheimer.
"Hemos tratado de buscar esta relación y vimos en el Hospital de Hellín (Albacete) que de un grupo de pacientes operados por osteoporosis, el 40% desarrolló algún tipo de problema cerebral, como el Alzheimer, mientras que los operados de osteoartritis (que es el desgaste del cartílago, no del hueso) ninguno desarrolló estos trastornos", señala el autor del estudio.
"De momento tenemos una hipótesis que es como un queso gruyère. Tiene una base sólida -la relación entre el manganeso y la debilidad de los huesos- y muchos agujeros que tendrán que ir rellenando los investigadores médicos. Ésa ya no es nuestra labor", argumenta el experto de la Universidad de Castilla-La Mancha.
No obstante, cree que la base es suficientemente sólida para profundizar en el tema e investigar a fondo, por las implicaciones médicas que puede tener.
Fuente: Diario El Mundo - España
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